LA PIRAMIDE DE KEOPS
La monumental pirámide de Keops es quizá una de las construcciones de la antigüedad que más curiosidad ha despertado entre los hombres.
Según la história, la pirámide la mandó construir el faraón Keops, y se terminó en tan sólo 20 años. Y digo tan sólo por lo siguiente:
Se transportaron 3 millones de bloques de piedra, de hasta 60 toneladas,
desde diferentes canteras que se encontraban a kilómetros de distáncia. Eso
sin pensar que no contaban con carreteras trazadas, y que la rueda aún no
había sido inventada.
Cortaron los bloques de piedra con tal precisión, que
ni las sierras más sofisticadas que tenemos en la actualidad serían capaces
de igualar.
Gracias a las marcas que han dejado en la superficie de los monolitos los
utensilios que las serraron, podemos deducir algunas cuestiones interesantes.
Está demostrado que los constructores de las pirámides usaron un material 50
veces más fuerte que el diamante para cortar los bloques, así como los
sarcófagos de granito y los monumentos de piedra gigantescos que podemos
encontrar en la región de Egipto.
Ahora cabe pararnos un momento y reflexionar: ¿Un material 50 veces más
resistente que el diamante? Actualmente no tenemos conocimiento de ningún
material de semejantes características, ni en la Tierra, ni en ningún planeta
del sistema solar. Pero ahí está la prueba. Esos macizos de piedra fueron
cortados por una herramienta que a día de hoy no seríamos capaces de
reproducir.
Además, los astrónomos no saben de qué manera pudieron señalar con tal
exactitud los astros.
Aplanaron la superficie de Giza de modo que entre el
nivel del suelo que separa una pirámide de la otra, sólo haya un centímetro
de error.
Cabe destacar que además de los bloques de piedra, las pirámides estaban
recubiertas por 27.000 losas pulidas hasta la perfección, y colocadas una por
una sobre la superficie de la monumental construcción. Estas losas pesaban 16
toneladas cada una. ¿Cómo consiguieron, los egipcios de la cuarta dinastía
mover tanto peso? Sería interesante mencionar que actualmente, las máquinas
que se utilizan para mover piezas muy pesadas son las llamadas campanas de
vacío. Y estas, además, sólo son capaces de levantar 2 toneladas de peso, no
16 toneladas.
Éstas y más pruebas, demuestran que los constructores de las pirámides
poseían una tecnología muy avanzada. Sus conocimientos geodésicos quedan más
que constatados si nos fijamos en la ubicación de las pirámides respecto los
cuatro puntos cardinales. La exactitud con la que las pirámides están
orientadas hacia el norte es simplemente impresionante, si se tiene en cuenta
que los egipcios no dejan ningún tipo de registro de tales conocimientos
geodésicos en sus gravados. ¿Si los egipcios no tenían tal dominio en este
campo, cómo es posible que las pirámides estén tan bien orientadas? Los
arqueólogos han preferido dejar en manos de la casualidad, el hecho de que el
margen de error de la orientación de tales monumentos respecto al norte sea
de 5 minutos y 31 segundos, lo cual es una minudez.
Hay otra característica que hace de la gran pirámide, algo espectacular.
Sus caras no son lisas, sinó que la forman dos planos verticales que hacen un
ángulo de 27 minutos. Por lo tanto, la gran pirámide no tiene 4, sino 8
caras.
Con esto, los creadores de las pirámides querían señalar los equinocios y
los solsticios.
Si nos adentramos en el interior de la pirámide, encontramos un estrecho pasadizo al que se accede por la puerta principal, actualmente tapiada. Después de pasar por diversas galerías y más pasadizos, podemos encontrar un camino abierto a finales del s. XIX. Éste nos lleva a través de 5 estancias destinadas a lidiar el fuerte peso que recae encima de la cámara del faraón.
Si nos adentramos en el interior de la pirámide, encontramos un estrecho pasadizo al que se accede por la puerta principal, actualmente tapiada. Después de pasar por diversas galerías y más pasadizos, podemos encontrar un camino abierto a finales del s. XIX. Éste nos lleva a través de 5 estancias destinadas a lidiar el fuerte peso que recae encima de la cámara del faraón.
Allí, el aire se hace más espeso, y si a alguien se le ha ocurrido entrar con linternas, focos y cámaras para grabar su interior, se ha llevado la sorpresa de que la energía de sus baterías se agotaba con gran rapidez.
Todos estos
aspectos nos hacen plantearnos si los egipcios fueron realmente capaces de
contruir tales monumentos, con la insuficiente tecnología con la que contaban
y sus escasos conocimientos en matemáticas. Las pruebas evidencian que esta
posibilidad es más bien remota. Lo más probable es que esta cultura se
encontrara estos monumentos ya construidos, y probablemente bastante
obsoletos, y los reutilizaran en base a sus creencias, usándolos como tumbas
para el faraón y sus sirvientes, y para almacenar sus riquezas para
recuperarlas en el más allá.
También sería
posible que los creadores de las pirámides, una civilización mucho más
avanzada que la de los egipcios, coincidiera con éstos últimos y les
infundaran algunos de sus conocimientos, perpetuando así su cultura. De esta
manera, la cultura egipcia sería una continuación menos avanzada de una
civilización anterior.
Éstas conclusiones
no son más que hipótesis y ensoñaciones, pero no dejan de estar dentro de los
límites de lo posible. Más posible incluso que la historia que nos han hecho
creer durante años. Una civilización como la de los egipcios, capaz de
construir tales máquinas de precisión, tales calendarios atemporales.