El
24 de abril de 1989, Claudia mijangos una mujer común y corriente que trabajaba
como maestra de catequesis en un colegio local mató a sus 3 hijos, de entre 6 y
11 años de edad, sin ninguna razón aparente. Sus conocidos la recuerdan como
una persona amable, de buena familia y católica ferviente, jamás había sido
víctima de violencia o abuso; estos antecedentes contrastan con la espantosa
escena de esa mañana de abril, Claudia habría apuñalado en varias ocasiones a
sus hijos mientras dormían disponiendo los cuerpos ensangrentados en la sala.
Según declaraciones posteriores de ella misma, habría actuado poseída por una
fuerza sobre natural maligna, fue diagnosticada
con esquizofrenia paranoide y recluida en el pabellón psiquiátrico de la
prisión de Santa Martha Acatitla. Desde aquel trágico día los vecinos afirman
comenzaron a escuchar gritos, llantos y sonidos de pisadas, como si alguien
corriera dentro de la casa, provenientes de la vivienda. Supuestamente la
policía hizo guardia durante varias noches comprobando que nadie entrara en la
casa, sin embargo los ruidos persistieron a pesar de que se comprobó varias
veces que la casa estaba vacía. Otras supuestas manifestaciones paranormales en
la casa son la presencia de un niño que se asoma por la ventana desde una de
las habitaciones de la segunda planta, según testigos se trata del hijo menor
de 6 años de edad. Actualmente la casa continúa abandonada completamente
tapiada para evitar la entrada de curiosos.