CRISTIAN FERNÁNDEZ
Cristian nació como el fruto de una violación hecha a una
niña de 11 años que la absurda ley de Florida no dejó abortar. Era de esperarse
que un niño nacido en tales condiciones terminase por malos caminos, y eso se
vio cuando, a los dos años, Cristian salió en las noticias después de que unos
policías lo encontraran sucio y desnudo, caminando de madrugada en las calles
de Miami. La razón de eso era que el niño se había escapado de un hotel porque
su abuela, a cuyo cargo estaba, llevaba días encerrada en la habitación,
dedicada por entero al consumo de drogas…
Tras saberse la razón de su fuga, él y su madre de 14 años,
Biannela Marie Susana, pasaron a depender de los servicios sociales de Florida.
Pero aún así las cosas no mejoraron mucho, ya que a los tres años Cristian fue
expulsado de la guardería por bajarle los pantalones a un compañero, agarrarlo
a la fuerza y simular el acto sexual… Insólito para una criatura de tres años,
aunque no si se tiene en cuenta que anteriormente, según se investigó, Cristian
había sido violado por un primo suyo…
Por otra parte, Cristian se mostraba agresivo y había matado
a un gato solo por arañarle, así que el Departamento de Menores lo sometió a un
tratamiento para corregir su comportamiento “antisocial y con tendencias
criminales”, consiguiendo que funcione al menos temporalmente.
Mientras, antes de que Cristian cumpliese los seis años, su
madre se casó con Luis Alfonso Galarrago Blanc, y convivió con él casi cinco
años hasta que un día (14 de marzo del 2011), Biannela dejó a David Galarraga
de 2 años en casa, solo con su hermano Cristian. Aprovechando que nadie lo
veía, Cristian mató a golpes a su hermanito de dos años y, cuando Luis Alfonso
regresó, no podía creer lo que veía: su hijo asesinado por su hijastro.
Furioso, Galarraga Blanc le da una brutal paliza a Cristian, toma una pistola,
y se suicida delante de Biannela, de los hijos que había tenido con ella, y del
propio Cristian.
Biannela fue acusada de comportamiento negligente y Cristian
de asesinato en primer grado. Ahora es posible que lo condenen a cadena
perpetua si lo juzgan como adulto, aunque la opinión pública quiere que se lo
juzgue como menor y hasta ha habido una iniciativa en la que se han recogido
más de 190000 firmas. Por lo pronto Cristian continúa tras los barrotes,
esperando su sentencia definitiva.