EL
TRIANGULO DE LAS BERMUDAS
El origen más antiguo y mejor documentado de las misteriosas desapariciones del llamado Triángulo de las Bermudas, se puede encontrar en el Itinerario de Navegación de los Mares y Tierras Occidentales de 1575, escrito por el piloto español Juan Escalante de Mendoza: «Deben todos desviar de su altura y paraje, porque de dársele como conviene, entiendo que se deben haber perdido muchas o algunas de las naves que en estas navegaciones han faltado sin saberse cómo ni donde perecieron, porque las sirtes de esta Bermuda las debe de haber consumido». La razón era que por la costa norte de la isla los navíos se encontraban con los llamados "Vientos Generales", que empujaban las naves hacia Europa, mientras que anteriormente se acostumbraba a navegar por la banda sur.
Ya desde la era de la vela, las
naves que viajaban a Europa pasaban continuamente por esta zona para aprovechar
los vientos dominantes y la corriente del Golfo. Luego, con el desarrollo de
las máquinas de vapor y los barcos con motores de combustión interna, gran
parte del tráfico del Atlántico Norte siguió cruzando (y aún lo hace) a través
del área del supuesto «Triángulo de las Bermudas».
La corriente del Golfo, un área
con un tiempo muy inestable (conocida por sus huracanes), también pasa por el
triángulo al abandonar el mar Caribe. La combinación de un denso tráfico
marítimo y el tiempo tempestuoso hace posible que algunos barcos se adentren en
tormentas y se pierdan sin dejar rastro, especialmente antes del desarrollo de
las telecomunicaciones, el radar y los satélites a finales del siglo XX.
Otras
áreas que a menudo se insinúa que poseen características inusuales son:
El triangulo del Dragón,
triangulo del Diablo o triangulo de
Formosa conocido por esos 3 nombres ubicado en el mar del Diablo, cerca de
Japón. En Japón no es conocido debido a
que la mayoría de los botes perdidos son pequeñas embarcaciones pesqueras sin
radio.
El
Vórtice Marysburgh ubicado al este del lago Ontario (entre EE. UU. y
Canadá).
La primera mención documentada
acerca de desapariciones en el área se hizo en 1951: E. V. W. Jones
—periodista de Associate Press— escribió respecto a algunos barcos perdidos en
la zona de las Bahamas. Jones dijo que las desapariciones de barcos, aviones y
pequeños botes eran «misteriosas». Y le dio a esta zona el apodo de «Triángulo
del Diablo». Al año siguiente(1952) George X. Sand afirmó en un artículo de
Revista de Destino que en esa zona sucedían «extrañas desapariciones marinas».
En 1964, el escritor
sensacionalista Vincent Gaddis acuñó el
término «Triángulo de las Bermudas» en un artículo de la revista amarillista estadounidense
Argosy. Al año siguiente publicó el libro Invisible horizons: true mysteries of
the sea (‘Horizontes invisibles: los verdaderos misterios del mar’), donde
incluía un capítulo llamado «El mortal triángulo de las Bermudas».
Generalmente, Gaddis es considerado el inventor del «triángulo» de las Bermudas.
Pero diez años después, el
pretendido misterio se convirtió en un verdadero mito gracias a Charles Berlitz
escritor neoyorquino de ciencia ficción, que en 1974 escribió el superventas El
Triángulo de las Bermudas, donde copió bastante texto de Gaddis y recopiló
casos de desapariciones (muy manipulados y mal presentados), mezclados con
falsedades y flagrantes invenciones.
El Triángulo de las Bermudas ha
recibido el crédito de muchas desapariciones que ocurrieron en sus aguas
extraoficiales. A la fecha, la mayoría está de acuerdo en que más de
50 naves y 20 aviones se han perdido sin dejar rastro en esa área
particular del océano Atlántico.
Aunque la mayoría de estas desapariciones pueden explicarse, muchas otras no pueden serlo y el tema continúa siendo un debate entre creyentes y escépticos. Los incidentes más populares se listan a continuación:
Aunque la mayoría de estas desapariciones pueden explicarse, muchas otras no pueden serlo y el tema continúa siendo un debate entre creyentes y escépticos. Los incidentes más populares se listan a continuación:
1840: el HMS
Rosalie, barco que se dirigía a la Habana, Cuba, fue hallado sin tripulación.
1872: el Mary
Celeste (hundido entre las islas Azpres y la Peninsula Iberica, a unos
5000 km de distancia de las Islas Bermudas, se debe tener presente que a
cada lado del triángulo se le atribuye solo 1500 km
1902
(4
o 21 de octubre): el Freya, buque alemán encontrado a la deriva «poco después»
de zarpar de Manzanillo, Cuba, hacia Chile. En realidad había dado la vuelta a Sudamerica
por Punta Arenas (sur de Chile) y fue encontrado frente a la costa occidental
de Mexico(varios meses después de zarpar de Cuba), arrastrado por las
corrientes del océano Pacífico.
1909,
noviembre: The Spray, un pequeño yate del aventurero canadiense Josuah 20 de
febrero de 1844 –14 de noviembre de 1909, o días después).
1917: se
hunde el SS Timandra, que se dirigía a Buenos aires desde Norfolk , Virginia con
una carga de carbón y una tripulación de 21 personas. No emitió ninguna
señal de radio, a pesar de que tenía la capacidad para ello.
1919: se
hunde la nave carguera USS Cyclops (AC-4) con 308 hombres a bordo, debido a un
huracán.
1921: se
hunde la nave carguera Carroll A. Deering en el cabo Hatteras (a 1050 km
al oeste de las islas Bermudas y unos 800 km al noroeste del triángulo).
1925 21 de
abril: el Raifuku Maru se hunde con testigos en medio de una tormenta a
1063 km al norte de las islas Bermudas) totalmente fuera del Triángulo.
1925,
diciembre: se hunde el carguero estadounidense SS Cotopaxi, «que desde la costa
de Florida transmitió que el clima se encontraba en calma, y no envió ninguna
señal de auxilio». En realidad, Meyers (capitán del barco) informó por radio
que el barco estaba escorando y que tenían la bodega llena de agua.
1926: se
hunde el SS Suduffco, debido a un huracán (un capitán que salió en su búsqueda
lo llamó «el peor clima que he visto en mi vida»).
1938: se
hunde el HMS Angloaustralian en las islas Azores (a más de 4000 km al este
del Triángulo), después de emitir «en la tarde hemos pasado Faial. Todo bien».
1942: el
submarino francés Surcouf es embestido por el carguero estadounidense Thompson
Lykes cerca del Canal de Panamá (a unos 1800 km al sur de Miami; muy lejos
del Triángulo).
1945:
desaparecen 5 aviones TBM Avenger (el famoso Vuelo 19) de la Marina
Estadounidense.
1947: se
hunde el Army C-45 Superfort a 160 km de las Bermudas (fuera del
Triángulo).
1948: se
hunde el SS Samkey (Berlitz dice que se hundió en 1943, pero ese fue el año de
inauguración). Dio su posición: 41° 48’ N 24° O (200 km al
noreste de Azores, y a 4200 km fuera del Triángulo). Solo transmite: «Todo
va bien».
1948:
desaparece la aeronave Tudor IV Star Tiger, con 31 pasajeros.
1948:
desaparece un avión DC-3 NC16002, con 28 pasajeros y la tripulación.
1949:
desaparece el segundo Tudor IV, Star Ariel.
1950:
desaparece un avión Globemaster, de la Fuerza Aérea estadounidense.
1950: se
hunde el carguero estadounidense SS Sandra (de 350 pies), después de pasar por San
Agustin, Florida, en su ruta hacia Puerto Cabello, Venezuela.
1952:
desaparece un avión de transporte British York con 33 personas a bordo.
1954:
desaparece un avión Lockheed Constellation, de la armada estadounidense, con
42 pasajeros a bordo.
1956:
desaparece una avioneta de la marina estadounidense, el Martin P5M, con 10
tripulantes.
1962:
desaparece un avión KB-50 Tanker, de la fuerza aérea estadounidense.
1963: se hunde
el Marine Sulphur Queen, probablemente al desembarcar de Dry; cargaba azufre
fundido (posiblemente sin medidas de seguridad).
1967:
desaparece un avión militar YC-122 convertido en avión de carga.
1967: se
hunde el crucero Witchcraft a una milla de Miami; realizó una llamada a la
guarda costera, pero a los 19 minutos ya se había hundido completamente.
1970: se
hunde el carguero francés Milton Latrides cuando navegaba desde Nueva Orleans hacia
Ciudad del Cabo; llevaba una carga de aceite vegetal y refresco cáustico.
1972 (aunque
Berlitz dice 1973): se hunden en una tormenta dos cargueros alemanes: el Anita
(de 20.000 toneladas, con una tripulación de 32) y su barco gemelo, el Norse
Variant (ambos con carga de carbón). Un sobreviviente de este último fue encontrado
flotando en una balsa; describió la pérdida del barco en medio de un huracán.
Las olas rompieron la tapa de la compuerta y hundieron rápidamente la nave.
1976: se
hunde el SS Sylvia L. Ossa en un huracán al oeste de las Bermudas (fuera del
triángulo).
1978: se
encuentra abandonado al SS Hawarden Bridge en las Indias Occidentales. Se
presume que se debió a un crimen cometido. Meses antes, en febrero, la Guarda
Costera de los Estados Unidos lo había detenido en Cape Knox y había encontrado
marihuana.
1980: se hunde
el SS Poet en un huracán, cuando transportaba granos hacia Egipto.
1995: se
hunde el carguero Jamanic K (construido en 1943), tras zarpar de Cap Haitien .
1997: se
hunde un yate alemán.
1999: se
hunde el carguero Génesis después de zarpar del puerto de San Vicente; su carga
incluía 465 toneladas de tanques de agua, tablas, hormigón y ladrillos;
informó de problemas con una bomba de achique un poco antes de perder el
contacto. Se realizó una infructuosa búsqueda en un área de 85 000 Km
cuadrados (33.000 millas cuadradas).
Otros barcos
Atlanta (importante buque no
desaparecido; el pequeño bote desaparecido se llama Atalanta).
Connemara
IV
Gloria
Colite
John
and Mary
Rubicon (desaparecido en medio de
una tormenta tropical; aunque Berlitz afirma que desapareció en clima normal).
Stavenger (barco inexistente
inventado por Berlitz).
Debe notarse que algunos de los
casos listados anteriormente, que popularmente están asociados con el Triángulo
de las Bermudas, realmente no estuvieron en el área del Triángulo en el momento
de su desaparición.
vuelo
19
Uno de los incidentes más
conocidos y probablemente el más famoso sobre el Triángulo de las Bermudas es
acerca de la pérdida de un escuadrón de cinco bombarderos TBM Avenger de la
marina de EE. UU. Durante un vuelo de entrenamiento que salió de Fort
Lauderdale, Florida el 5 de diciembre de 1945. el caso consistía en que varios
aviadores navales simplemente desaparecieron después de que informaran de
varios efectos visuales extraños, una afirmación que no es completamente
acertada. Además, Berlitz afirmó que debido a que los restos de los TBM Avenger
flotarían por largos periodos de tiempo, estos debieron ser encontrados al día
siguiente considerando que esos días se registraron con marea tranquila y cielo
despejado. Sin embargo, no solo no pudieron ser encontrados, sino que un avión
de búsqueda y rescate de la Marina que mandaron también se perdió.
Los Martin Mariner tenían muy mala fama entre los pilotos de la época debido a que sus tanques de combustible se inflamaban muy fácilmente; por lo que, un destello visto al poco de despegar la nave, pudo corresponderse con su explosión. Adicionalmente, la intriga se incrementó al conocer que el informe del accidente de la Marina lo atribuyó a «causas o razones desconocidas».
Los Martin Mariner tenían muy mala fama entre los pilotos de la época debido a que sus tanques de combustible se inflamaban muy fácilmente; por lo que, un destello visto al poco de despegar la nave, pudo corresponderse con su explosión. Adicionalmente, la intriga se incrementó al conocer que el informe del accidente de la Marina lo atribuyó a «causas o razones desconocidas».
Mientras que algunos hechos de la
versión de Berlitz son esencialmente exactos, no describe algunos detalles
importantes. La visión de un experimentado escuadrón de aviadores de combate
perdiéndose en una tarde soleada es inexacta. Para cuando se recibió la última
transmisión de radio del Vuelo 19, había comenzado un tiempo tormentoso. Tan
solo el líder de vuelo, el Teniente Charles Carroll Taylor, tenía experiencia
de combate y un tiempo de vuelo significativo, pero al mismo tiempo tenía muy
poca experiencia en esa área en particular, menor que la de los aprendices bajo
su servicio, Taylor fue descrito como un líder calmado y confiado. En cambio,
las transmisiones de radio del Vuelo 19 revelaron a un Taylor desorientado, con
una carencia de confianza en sus decisiones, y completamente perdido.
Además, las afirmaciones
exageradas establecían que todos los aviones tuvieron problemas con sus
brújulas. Sin embargo, los informes navales y registros escritos de las
conversaciones entre el Teniente Taylor y otros pilotos del Vuelo 19 no
indicaban esto. En cuanto al informe de la Marina, se afirmó que el informe
original atribuyó el accidente a la confusión del comandante de vuelo. El
Teniente Taylor previamente había abandonado su nave en dos ocasiones en medio
del Pacífico después de haberse perdido, para regresar al portaaviones. Sin
embargo, el informe se alteró para retratar otra situación debido a los deseos
de su familia.
Otro factor a considerar es que
las naves TBM Avenger nunca fueron diseñadas para el acuatizaje, contrario a
las afirmaciones de Berlitz. La experiencia de combate en el Pacífico demostró
que un avión Avenger se hundía muy rápidamente si este amaraba. Para un Avenger
sería muy difícil amarar, especialmente con pilotos novatos al mando, y al dejarlo
en los mares peligrosos del Triángulo de las Bermudas.
Sin embargo, el hecho de que
hasta la fecha no se ha descubierto rastros o algún resto de las naves ha
llevado al misterio, y, en sí mismo, es un caso raro. En un documental sobre
este evento del History Chanel, se hizo notar que un piloto puede confundir
fácilmente su ubicación si permite que su imaginación controle su razón. En
este documental el escenario más probable fue que el líder de vuelo, el
teniente Charles Taylor se confundiera y se desorientara. Siendo indeciso en
última analogía de la situación del vuelo, habría creído incorrectamente que
estaban lejos del sureste de Florida Keys, y girado bruscamente hacia la
derecha, creyendo que encontrarían tierra. En cambio, ellos se ubicaban exactamente
donde debían estar, fuera de las Bahamas, y al girar a la derecha los llevó más
adentro del océano hacia el Atlántico. Esto también podría explicar por qué los
aviones aún no han sido encontrados, ya que muy pocas búsquedas se han
concentrado en las inmensas áreas abiertas del océano.
Por consiguiente, la explicación
generalmente más aceptada por entusiastas navales y civiles que han investigado
minuciosamente este incidente coincide en que el Teniente Charles Taylor se
confundió y se desorientó, llevando a su tripulación al mar abierto donde se
les acabó el combustible y aterrizaron en aguas tormentosas durante la noche. Y
aunque los pilotos estudiantes sabían que él estaba equivocado sobre su
ubicación; él era el líder de vuelo y estaba al mando. Para cuando él tomó el
consejo de uno de sus aprendices pilotos sobre volar hacia el oeste, ya se
encontraban muy lejos como para aterrizar sobre tierra firme. La posición
oficial de la Marina Estadounidense sobre el incidente no refleja ningún
misterio relacionado a lo que le pasó al Vuelo 19, describiendo el hecho de que
la culpa residió completamente en el Teniente Charles Taylor. El único misterio
para la Marina Estadounidense es dónde se estrellaron los aviones del Vuelo 19.
Otra hipótesis en ese mismo documental
declara que los aviones realmente pudieron haber estado donde Taylor creyó que
ellos estaban, y que se estrellaron en los pantanos de Georgia. Sin embargo,
esa hipótesis se ha tomado con escepticismo.
En 1991, los restos de cinco
Avengers fueron descubiertos frente a las costas de la Florida, pero los
números de serie del motor revelaron que no eran del Vuelo 19.1
Los registros revelaron además de que las aeronaves descubiertas y varias más,
fueron declaradas no aptas para el mantenimiento/reparación u obsoletos, y
fueron simplemente eliminadas en el mar.
Los registros también mostraron
accidentes de entrenamiento entre 1942 y 1945 que representaron la pérdida de
95 elementos de personal de la aviación de NAS Fort Lauderdale Los
investigadores han ido ampliando su ámbito para incluir más al este, en el
Océano Atlántico, pero los restos del Vuelo 19 todavía no han sido confirmados
como encontrados
Un hidroavión de rescate PBM
Mariner también desapareció sin dejar rastro durante la búsqueda del Vuelo 19,
tal como Berlitz declaró en su libro. Esto incrementó la especulación sobre
fenómenos sobrenaturales y el Triángulo de las Bermudas, y aunque Berlitz
aludió en su libro a la casualidad sobre el Triángulo de las Bermudas, se
formula en cierto modo que algunos puntos también son misteriosos y
desconocidos, cuando de hecho no lo fueron.
El SS Gaines Mill informó de una
explosión por encima del agua poco después de que despegó el PBM Mariner, en el
lugar donde debía de estar este. Se pudo divisar una mancha de aceite en ese
punto, pero el mal tiempo impidió que se recobrara cualquier resto, y para
cuando el tiempo tormentoso terminó, todos los rastros del accidente ya no
estaban ahí. El escenario más probable fue que una fuga de combustible causó la
explosión que desintegró el avión.
Otra pérdida muy conocida es la
de 2 aviones de transporte Tudor IV, llamados Star Tiger y Star Ariel. Las
aeronaves operadas por la línea aérea British South American Airways
Corporation volaban rutinariamente en la ruta de Sudamérica: Bermudas.
El incidente tuvo lugar en las
horas antes del amanecer del 31 de enero de 1948. Cargando 29 pasajeros más la
tripulación comandada por el capitán B. W. McMillan, el Star Tiger salió unas
horas antes de Santa Maria, Azores, unos de los numerosos puntos de escala para
cargar combustible fijados en su ruta de Londres, Inglaterra a La Habana, Cuba. Al aproximarse a las
Bermudas, McMillan hizo el contacto esperado con Kindley Field, la siguiente
parada, y pidió por radio que calibraran sus sistemas de navegación y que se
aseguraran que se mantenía en curso.
Al determinar que el avión estaba
ligeramente fuera de curso, su posición fue corregida con respecto a las
Bermudas a 72 grados de la isla. En este punto, cuando el Star Tiger estaba a
menos de dos horas de vuelo de ahí, McMillan dio confirmación de un ETA
de 05:00 horas, una hora más
tarde debido a los fuertes vientos. Ninguna transmisión adicional del avión fue
recibida desde entonces.
Se enviaron las operaciones de
rescate armadas con informes precisos de la última posición conocida del avión,
después de que se determinó que se encontraba muy retrasado y no se tenía
ningún rastro de este.
En el informe emitido un poco
después por el Ministerio Aéreo Civil (Civil Air Ministry), se hicieron
numerosas hipótesis de lo que pudo haber ocurrido durante las dos horas
finales, hasta que cada una fue subsecuentemente rechazada. «No habrían bases
para suponer que el Star Tiger cayó al océano a consecuencia de que fue la nave
estaba privada de su radio, al fallar en la búsqueda de su destino, y al haber
acabado con su combustible [...] Existe una buena razón para suponer que ningún
mensaje de emergencia fue transmitido de la nave, ya que había muchas
estaciones receptoras de radio sintonizadas en las frecuencias de las
aeronaves, y ninguna de ellas recibió tal mensaje. [...] El clima se encontraba
estable, no había disturbios atmosféricos serios que pudiesen causar daño
estructural a la nave, y no había tormentas eléctricas».
Se supuso que el avión no pudo
salirse de curso, ya que la transmisión desde las Bermudas, con vientos
prevalecientes, la habría llevado a treinta millas de la isla: «La nave
difícilmente podría no encontrar la isla en poco tiempo, en las condiciones de
visibilidad que prevalecían». El motor fue descartado como la causa probable,
ya que en tal etapa del viaje y sin el peso de combustible extra, el avión
debió de haber flotado a salvo con tres o incluso con dos motores, en lugar de
los cuatro con las que contaba. La probabilidad de que el avión perdiese tres
motores en menos de dos horas fue considerado como absurdo.
Enfrentando la evidencia
acumulada, o quizás la falta de ella, la comisión de investigación se refirió a
la pérdida del Star Tiger con gran elocuencia:
Al cerrar este informe se puede
decir en verdad que ningún otro problema ha presentado más confusión que esta
investigación. Con la completa ausencia de evidencia confiable sobre la causa o
la naturaleza del accidente del Star Tiger, la Corte no ha sido capaz de hacer
más que sugerir algunas posibilidades, de las cuales incluso ninguna alcanza el
nivel de probabilidad. En todas las actividades que involucran la cooperación
del hombre y la máquina se combinan dos elementos de carácter diverso. Existe
un elemento incalculable de factor humano que depende imperfectamente de
factores conocidos; y por otra parte está el elemento mecánico que se encuentra
sujeto a leyes muy diferentes. Una avería puede ocurrir en cualquiera de los
dos casos o en la conjunción de ambos. O alguna causa externa podría haber
ocasionado problemas a ambos, hombre y máquina. Lo que ocurrió en este caso
nunca se conocerá y el destino del Star Tiger sigue siendo un misterio sin
resolver.
El 17 de enero de 1949, el Star
Ariel también se perdió en un área cerca de las Bermudas sin dejar rastro
alguno, con una carga de 17 pasajeros más la tripulación. Las últimas
transmisiones no mostraron signos de alerta, y dictaban un vuelo normal. Esta
segunda desaparición propició el cese en el uso de las naves Tudor IV. Lo que
en realidad les haya ocurrido a ambos aviones se desconoce hasta este día.
NC16002
Otra pérdida muy conocida es la
del avión de transporte DC-3 NC16002 mientras estaba en ruta desde San Juan,
Puerto Rico a Miami, Florida. Muchos de los hechos de este caso tienen
similitud con algunos de los registrados con otros casos asociados con el
Triángulo de las Bermudas, tales como la incapacidad de escuchar las
transmisiones por parte de torres cercanas a la nave, mientras que torres
lejanas recibían las mismas muy claramente. Se cree que este accidente o
perdida puede ser repetida en cualquier momento.
USS
Cyclops
El Cyclops (AC-4) fue un barco de
la armada de los EE. UU. que se perdió sin rastro el 4 de marzo de 1918
después de desembarcar de Barbados, estaba comandado por el lugarteniente G. W.
Worley y tenía una tripulación de 306 personas. Algunos creen que el barco se perdió
en el Triángulo de las Bermudas, aunque cabe mencionar que en ese tiempo los
Estados Unidos estaban en guerra y por lo tanto existen varias posibilidades
adicionales que pueden explicar su desaparición.
Los partidarios de las hipótesis
que involucran al Triángulo de las Bermudas han realzado el hecho de que la
nave no envió transmisión sobre problema alguno y aparentemente solo
desapareció. No obstante, debe tenerse presente que en el momento la tecnología
de telecomunicaciones estaban en sus primeras fases, y el mandar un mensaje
urgente para pedir ayuda no siempre era una tarea tan rápida o tan simple.
Muchos investigadores serios de este incidente creen que el USS Cyclops estuvo
más lejos al norte del Triángulo, sin embargo, cuando este desapareció, estaba
cerca de Norkfol, Virginia.
El
Spray
La gran habilidad del Capitán
Joshua Slocum como marinero estaba más allá de la duda: (había sido el primer
hombre en circunnavegar el mundo en solitario). En 1909, se embarcó en su bote
Spray. Desapareció en el mar e incluso no hubo evidencia de que haya estado en
el Triángulo de las Bermudas ya que se dirigía a sudamérica. Se asumió que se
hundió por una ola o por una ballena, aún cuando se suponía que el Spray era un
barco resistente y Slocum un experimentado marinero; por lo tanto, en 1924 se
le declaró legalmente muerto. El misterio de su desaparición ha llevado a
muchos a asociarlo con el tríangulo de las Bermudas sin ninguna prueba.
Berlitz
refutado
Las explicaciones que han dado
muchos investigadores para estas desapariciones van desde secuestros por parte
de piratas modernos a un simple error humano.
Volviendo a las posibles
explicaciones, los análisis menos fantasiosos apuntan a que las fuertes corrientes
y la profundidad de las aguas podrían explicar la ausencia de restos,
subrayando que varias de las desapariciones atribuidas a esta zona, ocurrieron
en verdad a más de 600 kilómetros. Además, cada día varios cientos de
naves civiles y militares atraviesan la región sin contratiempos.
Se estima que en los últimos 100
años por esa zona han pasado unas 10 millones de naves (100.000 por año). Se
cree que desde mediados del siglo XIX han desaparecido un total de 50 barcos y
20 aviones.
Las desapariciones dentro de la
zona, ya que si bien la zona es una de las que más tráfico aéreo y marítimo
registran, la frecuencia de los accidentes es proporcionalmente muy baja, en
comparación con otros puntos del globo. La aseguradora marina Lloyd de Londres
ha determinado que el triángulo no es más peligroso que cualquier otra área del
océano, y no cobra tarifas adicionales por el paso a través de esta región. Los
archivos de la Guardia Costera confirman esta conclusión. De hecho, el número
de supuestas desapariciones es relativamente insignificante considerado el
número de naves y aviones que pasan regularmente a través del triángulo.
Aunque ya existía el precedente
de Gaddis, tal como se ha explicado, la tasa de accidentalidad de la zona no
ofrecía casos suficientes de desapariciones que pudiera incluir en su libro y
que tuvieran algún punto no resuelto en la aclaración del accidente. Por este
motivo, Berlitz recurrió a diversas estratagemas para hinchar su obra.
Varios de los barcos que Berlitz
mencionó no se encontraban en ese enclave geográfico. Es el caso Mary Celeste,
que se hundió entre las Azores y la
Peninsula Iberica. El Freya también lo sitúa en las Bermudas, pero desapareció
en el Pacífico, así como el Raifuku Maru, que desapareció en el Atlántico
Norte. A otros los nombra erróneamente, como el Atlanta, llamado realmente
Atalanta.
También hay desapariciones que no
son tales, como las del caso de los buques de guerra Proteus y el Nereus (1941)
que está constatado que se hundieron en acciones bélicas. Para el hundimiento
del Rubicon, Berlitz mintió afirmando que desapareció en circunstancias de
clima normal cuando está comprobado que hubo una fuerte tormenta en la zona. En
otras ocasiones, recurrió a escribir sobre barcos ficticios, como el Stavenger.
Además el Triángulo de las
Bermudas es una de las zonas con más tráfico aéreo y naval de todo el mundo y
con incidencias climáticas como tormentas y huracanes que hacen muy factible y
explicable la cantidad de naves hundidas, sobre todo antes de la invención de
los sistemas de navegación actuales. Estos han desbaratado la invención de
Berlitz, ya que no se ha vuelto a registrar ni un solo caso de aeronave
desaparecida en una de las zonas con más tráfico aéreo del mundo, aunque
supuestos "testigos" hablan de los "incidentes" que
sufrieron con sus avionetas particulares y que acabaron felizmente.
En cuanto se perfeccionen las
técnicas de inmersión en aguas profundas es probable que se recuperen la
mayoría de los barcos perdidos.